domingo, 18 de noviembre de 2012

Algunos poemas del Shih Ching (El libro de las odas)




Fuente: Romancero Chino. Edición preparada por Carmelo Elorduy. Biblioteca de la literatura y el pensamiento universales.


SHIH CHING (Libro clásico de poesía). 305 poemas divididos en cuatro libros:

I-                    Kuo Jung: romances de los estados.
II-                  Hsiao ya: pequeños cantos para fiestas ofrecidas por el rey.
III-                Ta ya: grandes cantos para las asambleas de los feudales.
IV-               Sung: himnos y elogios para adorar al Cielo y antepasados de la casa real.


PIES DEL UNICORNIO (Lin chih chih)
El fabuloso animal unicornio es augurio de una nueva era feliz. Sus pies no pisan a ningún ser viviente. Su cuerpo a nadie hiere. La canción congratula a Wen Wang (288) por sus hijos.

Pies de unicornio
Son de los generosos príncipes hijos de nuestro señor.
¡Oh! Sí, son unicornios.
Frente de unicornio
Es la de los generosos príncipes hijos de nuestro señor.
¡Oh! Sí, son unicornios.
Cuernos del unicornio,
Son la tribu generosa de nuestro señor.
¡Oh! Sí, son unicornios.


ANDA UN ZORRO (Yu hu)
Compasión por un pobre y desamparado habitante que vive como un miserable zorro.

Solitario y muy despacio pasa un zorro
Por encima de la presa del río Ch’i.
En viéndole, mi corazón se aflige.
Este pobre hombre carece de vestido interior.
Solitario y muy despacio pasa un zorro
Por el puente del río Ch’i.
En viéndole mi corazón se aflige.
Este pobre hombre no tiene un cinto.
Solitario y muy despacio pasa un zorro
a lo largo de la ribera del río Ch’i.
En viéndole, mi corazón se aflige.
Este pobre hombre carece de todo vestido.


SHU VA A CAZAR (Shu zu t’ien)
Elogio a Kung Shu Tuan

Shu va a cazar.
En su barriada no hay un hombre.
¿Cómo dices no haber hombre en su barriada?
No lo hay otro como Shu.
Fiel, bueno, humano.
Shu sale, en invierno, con sus perros a cazar.
En su barriada no hay un hombre con quien se pueda beber  vino.
¿Cómo dices no haber hombre con quien beber vino?
No hay otro como Shu.
Fiel, bueno y humano.
Shu sale al campo.
En su barriada no hay auriga capaz de dominar sus caballos.
¿Cómo dices no haber auriga capaz de dominar sus caballos?
No hay otro como Shu.
Fiel, bueno y bravo.

A CAZAR VA EL GRAN SHU (Ta Shu yü t’ien)
En su carro de cuatro corceles,
Sale el gran Shu a cazar.
Sus manos manejan las riendas como si fueran lazos de seda.
Los dos corceles exteriores trotan como si bailaran.
Shu ha entrado en la marisma.
Se enciende violenta llamarada.
Sus desnudos brazos agarrotan fiero tigre.
Se lo ofrecerá a la corte de su Soberano.
Cuidado Shu. Esta tu hazaña no se haga en ti costumbre,
No seas malamente herido.
A cazar va Shu.
De su carro tiran cuatro corceles castaños.
Los dos del yugo trotan a la par.
Los dos exteriores avanzan como grullas.
En la marisma entra Shu.
Violento incendio se levanta.
Shu es hábil arquero y excelente auriga.
Los hace avanzar: los detiene, dispara, persigue.
A cazar va Shu.
De su carro tiran cuatro corceles que trotan como avutardas.
Los dos del yugo llevan a la par sus cabezas.
Los dos exteriores se desvían como los dedos en la mano.
En la marisma ha entrado Shu.
Shu dispara ahora más raramente flechas.
Abre su aljaba y mete su arco en el estuche.

A LOS PRINCIPIOS (Ch’iian yü)
Los viejos funcionarios se quejan

El gran palacio de la corte era muy obsequioso con nosotros.
Ahora, en cambio, nada nos sobra en cada comida.
¡Ah! Ya no se nos guardan las consideraciones del comienzo.
Se nos daban cuatro platos en cada comida.
Ahora quedamos sin hartarnos.
¡Ah! Ya no se nos guardan las consideraciones del comienzo.