IV Del enfrentamiento constante con esta vida artificial, silenciosa, de informes y recomendaciones personales, nace la necesidad de la palabra a la contra. Me prometieron, a cambio de la sangre y la palabra -seguimos la vieja fórmula alemana- el amor de las mujeres, las flores de las vírgenes, honores y placeres terrenales. Vivir, en suma, dedicado plenamente a una tarea por costumbre reservada a unos pocos escogidos. Han pasado más de treinta años. Nuestra única victoria -Oh, leve vanidad-: la floración en el contorno de la piedra. - - - V Se izan BANDERAS con los nombres de las víctimas donde 96 hornos de barro queman -ahora sí- ...
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