lunes, 2 de marzo de 2015
Miriam Reyes - Bella durmiente (poemas)
Cuando el rey de la casa entraba
había que correr a la puerta
con zapatillas, cerveza y reverencia.
Por alguna razón
él suponía que debíamos estar felices
de verle volver cada noche
para escuchar sus juramentos
creer sus sueños, vivir de sus mentiras.
- - -
-Antes de que te lo enseñen por ahí
te lo voy a explicar yo
-me dijo-
mientras abría mi cama.
Ya no recuerdo cuántos años tenía entonces,
si era joven o vieja.
Sólo recuerdo el asco
arrastrándose dedo tras dedo
por las manos de todos los hombres
-por mis propias manos-
Por favor, pasen sin tocar, pasen pasen.
Hasta que un día encerré el dolor en un frasco
le puse al asco tu cara
y cerré la tapa.
Cuando abrí los ojos habías desaparecido
y por fin pude besar
los ansiolíticos dedos de mi amante.
- - -
-Qué delgada eres
-me dijo-
y entonces yo pensé en la mujer de la foto
en sus senos grandes
y en los míos pequeños
del tamaño del cuenco que hace un hombre con su mano
del tamaño del cuenco que él hacía con su mano
cuando me dijo: qué delgada eres.
(Cuando un hombre tiembla al tocarte
no te olvidas de él.
Nunca, aunque no llegues a amarle).
Su cama estaba vacía
porque ella ya no estaba y él
acampaba conmigo a la intemperie de la sala.
Quién le daba refugio a quién
no estaba claro.
Boca arriba en el colchón
mirando la noche en el techo oscuro de la sala
con los brazos entrecruzados bajo la sábana
nos palpábamos buscando
dónde hacer el corte más limpio.
- - -
Si me lo pide me pongo en cuatro patas
en dos, en una
meneo la cola
doy vueltas
me hago la muerta
salto por una galleta
le lamo los pies.
Y es que me muero de gusto cuando me rasca panza arriba.
Soy la perra más perra
que jamás nadie haya abandonado.
- - -
Sleepy Beauty se despereza
sus párpados parecen escobas
que barren las sucias pelusas de los sueños.
En los jardines de Notre Dame no se puede dormir
los guardias te despiertan como a una vagabunda
Notre Dame es para las fotos y las visitas guiadas.
Despierta de una vez
estúpida muchachita
aquí no se viene a dormir.
En París a los sapos se los comen las ratas.
Vete con alguno que te dé casa comida y sexo
si la taquilla funciona
la función continúa.
Una niña no puede ser Rimbaud el incendiario,
cara bonita también, piel de diecinueve años
ni lo sueñes, ni lo sueñes.
Miriam Reyes. Poemas incluidos en "Bella durmiente". Poesía Hiperión. 2004
www.miriamreyes.com
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