domingo, 16 de enero de 2011

De niño, de Vladimir Maiakovski

De niño
Fui favorecido con el don de amar.
Pero desde la infancia
la gente
es domesticada por el trabajo.
Yo
me largaba a la orilla del Rioni
y vagabundeaba
despreocupadamente.
Mamá se enfadaba:
"¡Este bribón!"
Papá blandía como un látigo su cinturón.
Y yo,
con tres falsos rublos en el bolsillo,
iba con la soldadesca a jugar a las cartas.
Sin el peso de las botas,
sin el peso de camisas,
bronceado en el horno de Kutaisi,
volvía al sol la espalda
o la panza
hasta quedar saturado.
El sol se asombraba:
"No es más alto
que un enanito
y sin embargo tiene
un corazón de adulto.
Pone mucho corazón
en todo lo que hace.
¿Cómo es posible
que quepamos
en él
-en un metro-
yo,
el río
y todas esas rocas?".

Vladimir Maiakovski. Amo. 1922.

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