miércoles, 20 de noviembre de 2024

MARGARET ATWOOD - Plasticene Suite (fragmento) - Dearly


  

PLASTICENE SUITE

 

1. ROCK-LIKE OBJECT ON BEACH

The Paleocene the Eocene
the Miocene the Pleistocene
and now we're here: the Plasticene.

Look, a rock made of sand
and one of lime, and one of quartz,
and one what of what is this?

It's black and striped and slippery,
not exactly rock
and not not.

On the beach at any rate.
Petrified oil, with a vein of scarlet,
part of a bucket maybe.

When we're gone and the aliens come
to puzzle out our fossils:
will this be evidence?

Of us: of our too-brief history,
our cleverness, our thoughtlessness,
our sudden death?


2. FAINT HOPE

You could turn it into oil
by cooking it: this has been done.
First you'd have to collect it.
Also there would be a smell.

Some supermarkets have banned it.
Also drinking straws.
Maybe there will be a tax
or other laws.

There are microbes that eat it-
they've been discovered.
But the temperature has to be high:
no good in the north sea.

You can press it into fake lumber
but only some kinds.
And buiding blocks, ditto.

You can scoop it out of rivers
before it gets to the sea.
But then what? What do you do with it?

With the overwhelming ongoing
never-ending outpouring.


3. FOLIAGE

"a scrap of black plastic - the defining foliage of the oil age"
MARK COCKER, OUR PLACE

It sprouts everywhere, this foliage.
Up in the trees, like mistletoe,
or caught in the marshes

or blooming in the ponds like waterlilies,
gaudy and frilly,
rippling as if alive

or washing onto the beaches, neo-seaweed
of torn bags, cast wrappers, tangled rope
shredded by tides and rocks.

But unlike true foliage it's rootless
and gives nothing back,
not even one empty calorie.

Who plants it, this useless crop?
Who harvests it?
Who can say Stop?


4. MIDWAY ISLAND ALBATROSS

Inside the barebones
ribs it's all bright colour:
a tag a ribbon
a failed ballon
a strip of silver foil
a spring a wheel a coil

What should have been there
inside the sad bag
of wispy feathers
inside the dead bird child?

It should have been the fuel
for wings, it should have been
upsoaring over a clean sea;
not this glittering mess,
this festering nestwork


5. EDITORIAL NOTES

One note might be (she said)
to pull back somewhat
from exhortation and despair

Instead (she said)
try to provide
an experiential inder

understanding of human
human (she said) impact
human pact

then let people
let people come
let people come to their own

conclusions.
Own their conclusions.
She said: 

There is some danger in this.


Plasticene Suite. Dearly. Chatto & Windus. Penguin Random House UK. 2020. Margaret Atwood.

sábado, 21 de septiembre de 2024

Algunos poemas de TRANSHUMANO, de Manuel Gerardi


 

Deseo

Para el perro
todo cuanto se da en el espacio de la mesa
es objeto irresistible de deseo
simple regla de tres
si algo cae debe ser cazado al vuelo
luego se verá
en la huida
qué tanto valía la pena el esfuerzo
y en ello pensaba cuando cayó el tornillo
y mientras intentaba recuperarlo
de las fauces de aquel obstinado animal
que lloraba impotente ante mí
resistiéndose a devolver su tesoro
dispuesto incluso a atragantarse
con aquella pieza de metal
que no debía saberle a nada
pero que representaba para él
una victoria
y ya con el tornillo en la mano
no pude sino pensar
¿cuántos de ellos habré

cazado
al vuelo
yo que me he sentado
siempre
a la mesa?

- - -

 

Hemos matado a Dios para robarle una cuerda rota mis manos sudan y la piedra se hunde perfectamente aunque no quede expansión de ondas incurables ay planta marina llévame a través de tus cuevas subcutáneas a la tierra prometida reino de la contradicción extramundo en el que habita la cuadratura del círculo y duermen los alquimistas sobre enlaces de seda planta marina torna la secuencia genética en látigo de grafemas convierte lo real en racional y lo racional en real como principio de todos los principios transmutados



este plano traducido en otro

- - - 

 

Sobre el engaño de las cosas manifiestas

Dudo serieamente que el local de comida china que tanto frecuento
prosiga siendo el mismo cuando no estoy sentado allí
frente al destello de sus cuadros paisajistas con relieve y luces led
las servilletas de tela dispuestas en forma cónica
el menú plastificado con los bordes ligeramente levantados
de tanto manoseo
y en él los nombres de los platos en castellano
junto al sinograma que les corresponde
según la traducción
@ @ @ (Pollo agridulce). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 €
¿no será acaso una fachada restaurante que empieza a mutar
adoptando nuevos decorados y nuevos olores en el preciso instante
en que dejo deslizar la puerta tras de mí y me marcho?
sea que al entrar un nuevo cliente se encuentre rotos
los filamentos del adn de la vida
plegadas todas las paredes de mi ensueño
en un puñado de palabras extintas
una cárcel    un sepulcro
el paraíso
temiendo de todas maneras con ominosa certeza
que podría toparse con las mismas mesas
y los mismos cuadros
orquestándose el mayor engaño posible
entre la aparente continuidad de aquel recinto
t1, t2, t3,..., tn.
y en el quebranto de todo tiempo percibido
la ilusión de lo habitual.

- - - 

 

Síndrome del impostor

Me escupió la madrugada
por una ciudad de otros
y qué podía hacer sino irme
huir hacia aquel bar sin rotulado
que parecía dormir de pie
indiferente a las totalidades de la noche

quería estar a la altura de los grandes poetas
ser como aquel que se sienta al fondo del todo
a escribir las más bellas obras
en su libreta negra
y que se bebe las espinas de los cactus
a fondo blanco
hasta desangrarse

pero los grandes escritores
no se avergonzarían nunca de su letra
como yo me avergüenzo de la mía
enorme y maleducada
presta a violentar márgenes y páginas enteras
en su trazo proscrito
palabreo que se va de costado
                                        vacilante
        tembloroso
ebrio de tanta tontería bukowskiana

si supieran cómo crece mi vergüenza
al escuchar una risita de mujer feral
sabiéndome presa de la mirada indiscreta
que desnuda toda retórica
que me expone mano torpe
que se llena la camisa
de caspa de lápiz
ennegrecido mi pecho con burusas
de otras medianías
peores que la vergüenza misma

en fin

pensar que quise sentarme a solas
en el fondo
al final de la escena
y que nada más llegar
me quise ir.


jueves, 12 de septiembre de 2024

Tres poemas de FRANCISCO JAVIER IRAZOKI


 

 

ÚLTIMA ARENGA A LAS TROPAS

De este invierno guardaremos
una magia superior a sus nieves. 

Pasaron la escarcha y el granizo,
y, adherida a los ventanales,
sobrevivieron unas flores blancas
que no saben morir. 

Vinieron los amigos
y las contemplaron
desde el interior de la vivienda.

Como desquite contra el gris del cielo,
cortamos una de las flores.

Hemos escondido,
entre las hojas de un libro de música,
esa muerte imposible. 


LA ENTEREZA

    El equilibrio fue mi padre.
    En una tierra de coleccionistas de lindes, veíamos a pocos hombres con la altura de su serenidad. Imperturbable, el humor y la rectitud eran las dos fuerzas que compensaban su carácter, y con ellas dirigía nuestra niñez.
    Nunca practicaba la pequeñez humana de escucharse sólo a sí mismo. Tuvo abierta la quietud para recibir las turbaciones ajenas, y nos daba cita en una habitación bien iluminada por la ironía.
    Las maldades lo aburrían, y a todas las reuniones aportó panes y el escepticismo con deseos de ayudar.
    Durante los meses de la enfermedad última, su cuerpo grande perdió tamaño. Pero los dolores no le redujeron la calma que aún nos acogía. Con una mínima seña desocupó parte de la imposibilidad y allí depositamos todos los miedos.
   También las palabras finales construyeron para nosotros un cobertizo con la grieta de la risa.
    Seguimos sus instrucciones y embotellé la ausencia en los frascos de medicamentos de la despedida.
    Muchos años más tarde, noté su presencia muy lejos de los lugares que él conoció. Al acabar el verano, en la escalinata de las cremaciones de Benarés, unas mujeres lavaban las cenizas de los familiares muertos. En las cercanías, algunos ancianos caminaban impávidos. Sin alterarse, parecía que en sus mentes la mesura iba a apagar los fuegos de los crematorios.
    De repente, sentí que sobre los peldaños de piedra empezaba a bajar el equilibrio de mi padre. Giró como una rueda hasta caer a las aguas del Ganges. 

 

UN POETA ATADO

    El zorro es mi poeta maldito.
    Mi niñez lo contempla colgado de una tranca. Me detengo frente a su pelaje rojizo, sus pies negros y su astucia inmóvil. Un cazador lo transporta sobre los hombros y recibe treinta monedas en las casas de los campesinos. 
    De noche, el zorro ha merodeado las viviendas de los adultos y las pesadillas de los niños. En los sueños infantiles, su boca muerde roedores, topos y animales de corral o gotea jugos de frutas. Su hocico olisquea miedos. 
    Su poema está creado lejos del grupo. No imita al perro sumiso ni al lobo gregario. Cruza sin compañía externa los hayedos, robledales y desmontes. Su manada es interior y la prudencia con oído de músico dirige su jerarquía. 
    Leo las líneas de una silueta nocturna con grito humano. El zorro camina atado a su soledad omnívora.

 

ILUSIONISTA INTRUSO

    Vino de un pueblo de Cáceres y su infancia se hospedó en un cuartel. Su padre, alto guardia civil, recorría nuestros montes. Varias veces lo vi solo, pensativo en un calvero del bosque. 
    Recuerdo al niño Dioni  inclinado ante su caligrafía redonda y lenta. Escuálido, bajo de estatura, se transformaba en el campo de fútbol. Delante de nuestro asombro, hacía una pelota rápida con los puntos cardinales que habíamos aprendido en el colegio y echaba a correr en un laberinto que sólo sus regates descifraban. Su transformación incluía la violencia con que golpeaba la pelota y la manera de elevarse para rematar de cabeza. Su cuerpo era la miga de un milagro. En cuanto poníamos un balón cerca de sus pies, se vaciaban los relojes.
    Concebíamos el fútbol como una variante de la labranza. Al ver las botas con tacos de rosca, pensábamos en surcos y sementeras. La elegancia de Dioni fue un idioma extranjero. Nos despedimos en la adolescencia. Él se afincó en Pamplona. Allí crecieron su estatura y habilidades. 
    Dioni jugó durante seis temporadas en Primera División de la Liga española. Reflexivo y de cuerpo grande en la edad adulta, saltaba al terreno de juego agitando sus cartabones, reglas y escuadras mentales. La lentitud de aquella escritura de la niñez se instaló en sus movimientos deportivos. No fue entendida la belleza que rodaba trazando ángulos, aristas, vértices. El público se distrajo con cánticos de ebriedad frente a un poeta de la geometría. 
    Un sacerdote, que visitaba a los futbolistas antes del inicio de los partidos, me trajo noticias de Dioni. Entonces supe de sus vómitos y sesiones de sofrología. Cuando faltaban unos minutos para el comienzo del espectáculo, el jugador se sentía aislado.
    De nuevo la lentitud. De su boca salían despacio, con dolor envejecido, la soledad del padre en un calvero, el trato frío, su impureza en nuestra tribu. 

 

Los descalzos. Poesía completa (1976 - 2023). Francisco Javier Irazoki. Ediciones Hiperión. 2023.

 

jueves, 5 de octubre de 2023

TANEDA SANTOKA -- Diary of the One-Grass Hut (fragmentos. 2a parte)

Fragmentos del diario que escribió Taneda Santoka entre agosto y octubre de 1940. Recogidos, directamente, de la traducción realizada por William Scott Wilson, para el libro "The Life and Zen Jaiku Poetry of Santoka Taneda". 

 

[SEGUNDA PARTE]

 

    I've been invited for dumpling soup and... ah... I feel so... ah.
    No money. No possessions. No teeth. Alone. 

-

    I boil up what's left of the barley and Irish potatoes. Eating this, I am myself an Irish potato. 

-

    The agressive mosquitoes in the autumn wind are biting, so I got inside the mosquito net early and gazed at the moon ,read books, thought things over and felt lonely all night. 

-

    If only... If... I could stop drinking, hoy tranquil I would ve. First, I would be saved in concrete tems. I would be rescued from the daily life of never knowing whether I would be able to eat or not eat. 

-

    In the way, I make up some verses, pick up some cigarette butts, and do some shopping. 

26 sen - 1 sho of barley.
10 sen - some pinks.
6 sen - 1 cake of tofu.
4 sen - stamps.

    As I cooked up the rice, I thought of various and sundry things. Concerning haiku: 

spirit - the scent of Japan - Truth
Haiku-like things nature - the scent of the seasons - quiet clarity - strength
expression - the scent of time - fluidity
Works reflecting themselves - complete
Works reflecting the author - incomplete

-

    Went to visit Musui. He wasn't there. I borrowed some dried udon noodles. Dropped in on the Warai residence. Borrowed some pocket money. 

70 sen - 2 sho of foreign rice.
17 sen - half a glass of cheap wine.
6 sen - 1 go fo soy sauce.

    Tobacco I can pick up; rice I cannot.
    With either Japanese or foreign rice, when you crush died udon noodles up a bit and mix the two, it's better to make it sticky. This I have discovered cooking for myself. Isn't it cheaper when you do things simply?

-

    ...Talk about the black market, talk about violations of drinking establishments and chophouses, talk about heavy drinkers, and on an on.

    - Sake is delicious. Truly delicious. Too delicious.
    - Giving money to a cat demostrates the foolishness of the person who gave the money more than the ignorance of the cat to which it was given. 

-

Let me record the money I paid back and the shopping I did yesterday: 

2 yen    returned to the abbot
42 sen     bill for udon noodles at Musui
80 sen    tobacco
10 sen    hijiki seaweed
10 sen    soap
15 sen    matches
20 sen    moshi rice cake
20 sen    bread
24 sen    soy sauce
2.40 yen    bill for the newspaper
2 yen    rice bill
2.40 yen    sake bill
8 sen    incense
8 sen    ginger
52 sen    pressed barley
40 sen    flaked bonito
15 sen     miso

-

    Tonight, a dog just came out of nowhere, carrying a large piece of mochi in its mouth, I meekly recieved the mochi from the dog and had my meal. Thank you, Lord Bow-Bow. Lord White Bow-Bow.
    I offered that was left to a cat that had also come out of nowhere. Charity from the first to the last! Receiving it from a dog!

    Mochi from the mochi shop.
Diameter about 5 inches [12 cm]
The color, slightly black.
A little missing.

-

    Concerning the character of haiku: 
- Symbolism of impression - eternality of the moment - the totality and the individual.
- Crystallization - simplification without constriction.
- Purification of body and mind - transparently clear.
- Kernel, focus, centripedal.
    I think my misfortune comes from my being too robust.

-

    This morning I ate what hadn't been eaten by the cat. 

    Dragonflies fly in for just a moment. They fly all around me. Fly while you can. Before long you'll probably fly no more. 

 

[Fin del diario]


Taneda Santoka. Diary of the One-Grass Hut. "The Life and Zen Jaiku Poetry of Santoka Taneda". Sumita Oyama. Trad. por William Scott Wilson. Turtle Publishing. 2021.

TANEDA SANTOKA - Diary of the One-Grass Hut (fragmentos. 1a parte)


 

Fragmentos del diario que escribió Taneda Santoka entre agosto y octubre de 1940. Recogidos, directamente, de la traducción realizada por William Scott Wilson, para el libro "The Life and Zen Jaiku Poetry of Santoka Taneda". 

 

[PRIMERA PARTE]


    I go out to the post box for a moment and buy some vegetables on the way. Two large eggplants for five sen, one large cucumber for five sen. The daikon was expensive, so I didn't buy it -one for twenty sen, they said.

-

    Literature is man. Poetry is his soul. If the soul is not polished, how will the poetry shine? The brilliance of the verse is the brilliance of the soul. This is the light of man.
    The more I think about it, the more I feel keenly that my existence has no value. I, who am totally unproductive, cannot help feeling this. 

-

    No money -and this is because I'm so slovenly so often- but I'm not lacking in gratitude. I've done a good number of things I'm sorry for, and even today I had no excuse for the man who came to collect payment for the electric bill. I'm sorry. I'm sorry.
    It seems a good bit of tobacco has arrived at the tobacco shop. 

It's because I'm without talent or genius that I've been able to single-mindedly devote myself to my one thread of a road -the path of making verses. I've been capable of doing anything else. The problem is in whether I will actually do it or not. I concentrate all of my body and all of my strength into achieving my own things. 

Recently, no matterwhat shop I go to, they're all out of matches. I can rarely even pick up cigarette butts anymore. Sort of sad. 

-

In the afternoon we went to the hot springs at Dogo. A bath and then a cup of sake. And then one more cup. This sent things awry. With one more cup and then another, I was in big trouble. I was, in fact, reduced to jelly. Ah, ah.
    The wretchedness of humankind. And my weakness. Lying down just as I had fallen and gazing up at the sky. I denounced and incriminated myself endlessly. 

-

Today's shopping list: 

82 sen - 2 sho of mixed rice.
5 sen - postage stamps.
7 sen - 1 go fo soy sauce.
5 sen - 1 cucumber.
10 sen - iriko.

Money left over was exactly 1 sen. 

    I'm alive. Or better said, isn't it a fact that the reason I'm not dead is because I borrow money from my close friends in every direction and load them with trouble?

- Being poor is painful, but borrowing money is twice as painful.
- Being poor is not necessarily something to be ashamed of.
- Being poor in your mind is something to be ashamed of. The secret of life as far as I'm concerned is in the following three conditions:
- Do not lose a sense of moderation.
- Do not borrow money..
- Do not be attached to the past. Have no hopes for the future. Appreciate each day, one after the next, and enjoy it all.

    I do not beleive in the world to come. I release the past. I simply believe in the present, the immediate present, with all my heart. 

    My table is poor, indeed. I'm frequently lacking vegetables and sometimes have no rice at all, but that does not pain me in the least. What I am always complaining about concerning my meals is the fact that my stomach is big - way too big. And then there's my craving for alcohol. With te desire for just one cup, an alcoholic voracity is born. 

    Morning, noon and night, I'm always thinking of haiku. I even make haiky in dreams. Above and beyond being a haiky poet, I am someone whose walking, stopping, sitting and lying down are all thoroughly haiku.
    And being this way, it's easy to think about death. 

    I make preparations for sending off the seventh collection of haiku. I only make preparations. I have no money for stamps.
    I received a cucumber, an eggplant and a melon from the abbot at the temple. How kind, how gracious. Goods grown by hand are bright and shinning. I'll spend the day eating through the cucumber. Just like a grasshopper. 

    I thought about the character of haiku:
- Simplification - to be as simple as possible.
- Self-purification - the body and mind are one.
- Regulations of life - inherent regulations - natural regulations.
- The union of self and other - fusion of subject and object. 

the flow of nature
   
        rythm
    the sway of life

- Totality and the individual - to grasp eternity by means of the moment. Then to express oneself using the totality and the individual. To express totality through the individual.
- Symbolic expression is impossible without stepping into the symbolic world. 


    A haircut. A bath. A walk. Ah, I feel great!
    Sake is sweet. So sweet.

-

    In the afternoon, I go to buy tofu. I'll make it last by cutting into cubes. It's a poor meal, but the flowering plant I stuck in the jar adds some elegance. 

    I didn't have the money to buy clogs, so I didn't go outdoors. 

    I flattened a cockroach that had been crawling around inside the mosquito netting. Later, I felt totally cheerless. Hey! Old cockroach! Where did you come sneaking out from? Your friends aren't around here, you know. 

    I go out to the post office - barefoot - first I buy some clogs. Then, some tobacco; then, of course, two or three cups...
    It's been five days, I guess. During that time, bean-jam buns, chikuwa fish cake, etc.


Taneda Santoka. Diary of the One-Grass Hut. "The Life and Zen Jaiku Poetry of Santoka Taneda". Sumita Oyama. Trad. por William Scott Wilson. Turtle Publishing. 2021.




miércoles, 4 de octubre de 2023

KENNETH REXROTH - CARTA A WILLIAM CARLOS WILLIAM

 


CARTA A WILLIAM CARLOS WILLIAM

Querido Bill,
cuando indago el pasado para tí,
algunas veces pienso que eres como
San Francisco, cuya carne se separaba
de él como alegre nube,
y se confundía con toda cosa amante
-burros, flores, leprosos, astros-,
pero pienso que te asemejas aún más
al Hermano Enebro, que sufrió
todos los ultrajes y glorias
sonriendo como un tonto manso.
Tú estás en alguna parte en las Florecillas,
porque eres un tonto, Bill,
como el tonto de Yeats, símbolo
de toda sabiduría y belleza.
Eres tú quien se eleva frente
a Elena en toda su sabiduría,
a Salomón en toda su gloria.

¿Recuerdas hace años, cuando
te dije que eras el primer
gran poeta franciscano desde
el medioevo? Perturbé
el tranquilo curso de la cena;
tu mujer pensó que estaba loco.

Y en cambio es veredad. Y también eres “puro”,
un auténtico clásico, aunque no lo grites
del todo como
las muchachas de la Antología.
No como la estridente Safo, que
con toda su grandeza debió
haber sufrido de endometriosis,
sino como Anite, que dice
sólo lo necesario, lentamente, como para
recordaro durante milenios.

Es una calma maravillosa
la tuya, una manera de conservar
todavía el mundo y sus
sucios ríos, y los tachos de desperdcios,
carretillas rojas esmaltadas de lluvia,
frías ciruelas robadas de la heladera,
y encajes de la reina Ana, y margaritas,
y brotes que revientan
en calles fangosas y vientres sapicados
con niños dentro, y Cortés
y Malinche sobre la sangrienta
calzada, muerte de las flores del mundo.

Hoy, cuando la prensa se tambalea
con charlatanes, te quedas quieto,
cada año un manojo de silencio,
poemas que no tienen nada que decir,
como el silencio de George Fox,
sentado tranquilo debajo de la nube
de todas las tentaciones del mundo,
cerca del fuego, en la cocina,
en el valle de Beavor. Y
el arquetipo, el silencio
de Cristo, cuando calló largamente,
y luego dijo: “Tú lo has dicho”.

Ahora, en un poema reciente, tú dices:
“Yo, que estoy por morir”.
Quizás no es màs que una cita
tomada de los clásicos, pero me produce
un estremecimiento. ¿Dónde
conseguiste eso, William?
Presta atención. Vendrá el día
en que una mujer joven caminará
a lo largo del diáfano río Williams,
por donde corre a través de un idílico
paisaje de Ninguna parte,
y le dirá a sus niños:
¿No es hermoso? Se lo llama
con el nombre de aquel
que caminaba por aquí cuando lo llamaban
río Passale, y estaba sucio
de venenosos excrementos
de enfermos y fábricas.
Era un gran hombre, sabía
que aún entonces era hermoso, aunque
ningún otro lo supiera, entonces,
en la Edad Oscura. Y el
hermoso río que él vio
todavía fluyen en sus venas, como
lo hacen en las nuestras, y fluye en nuestros ojos,
y fluye en el tiempo, y nos hace
parte de sí mismo y de él.
Esta, niños, es lo que se llamaba
nuna relación sacramental.
Y esto es lo que es
un poeta, niños, uno que crea
relaciones sacramentales
que duran para siempre”.
Con afecto y admiración,
Kenneth Rexroth.


Extraído de “15 poetas norteamericanos. Segunda serie”. Traducido por Alberto Girri. Ed. Omeba,1969.

martes, 3 de octubre de 2023

BLUES CASTELLANO (algunos poemas) - ANTONIO GAMONEDA


 

DESPUÉS DE VEINTE AÑOS

Cuando yo tenía catorce años,
me hacían trabajar hasta muy tarde.
Cuando llegaba a casa, me cogía
la cabeza mi madre entre sus manos.

Yo era un muchacho que amaba el sol y la tierra
y los gritos de mis camaradas en el soto
y las hogueras en la noche
y todas las cosas que dan salud y amistad
y hacen crecer el corazón.

A las cinco del día, en el invierno,
mi madre iba hasta el borde de mi cama
y me llamaba por mi nombre
y acariciaba mi rostro hasta despertarme.

Yo salía a la calle y aún no amanecía
y mis ojos parecían endurecerse con el frío.

Esto no es justo, aunque era hermoso
ir por las calles y escuchar mis pasos
y sentir la noche de los que dormían
y comprenderlos como a un solo ser,
como si descansaran de la misma existencia,
todos en el mismo sueño. 

Entraba en el trabajo.
                                    La oficina
olía mal y daba pena.
                                    Luego,
llegaban las mujeres.
                                    Se ponían
a fregar en silencio.


Veinte años.
                He sido
escarnecido y olvidado.
Ya no comprendo la noche
ni el canto de los muchachos sobre las praderas.
Y, sin embargo, sé
que algo más grande y más real que yo
hay en mí, va en mis huesos:


Tierra incansable,
                            firma
la paz que sabes.
                            Danos
nuestra existencia a
                            nosotros
                            mismos.

- - -

 

MALOS RECUERDOS

La vergüenza es un sentimiento revolucionario.     

Karl Marx

 

Llevo colgados de mi corazón
los ojos de una perra y, más abajo,
una carta de madre campesina.

Cuando yo tenía doce años,
algunos días, al anochecer,
llevábamos al sótano a una perra
sucia y pequeña. 

Con un cable le dábamos y luego
con las astillas y hierros. (Era
así. Era así.
                    Ella gemía,
se arrastraba pidiendo, se orinaba,
y nosotros la colgábamos para pegar mejor).

Aquella perra iba con nosotros
a las praderas y los cuestos. Era
veloz y nos amaba. 

 

Cuando yo tenía quince años,
un día, no sé cómo, llegó a mí
un sobre con la carta del soldado. 

Le escribía su madre. No recuerdo: 
"¿Cuándo vienes? Tu hermana no me habla.
No te puedo mandar ningún dinero...".

Y, en el sobre, doblados, cinco sellos
y papel de fumar para su hijo.
"Tu madre que te quiere."
                                No recuerdo 
el nombre de la madre del soldado. 

Aquella carta no llegó a su destino: 
yo robé al soldado su papel de fumar
y rompí las palabras que decían
el nombre de su madre. 

 

Mi vergüenza es tan grande como mi cuerpo,
pero aunque tuviese el tamaño de la tierra
no podría volver y despegar
el cable de aquel vientre ni enviar
la carta del soldado. 

- - -

 

SABOR A LEGUMBRES

Las legumbres hervidas, golpeadas
a fuego en las cazuelas, espesaron
una parte del agua, retuvieron
otra parte consigo.

Después que estáis sentados a la mesa
los míos de la sangre -cinco- pienso
que es posible que coman en el mundo
muchas gentes, hoy, esto. 

Ahora que tenemos sobre la lengua misma pasta de la tierra,
puedo olvidar mi corazón y resistir las cucharas.

Yo siento
en el silencio machacado
algo maravilloso:
cinco seres humanos
comprender la vida a través del mismo sabor. 

- - -

 

COMUNICACIÓN DE MALES

Mi hija tuvo miedo de mí, y yo que era
el que la amenazaba y ofendía,
sentí el miedo existir. 

Debo decirles que yo era injusto:
mi pequeña, mi amor, el ser humano
que se sube a mis brazos y ríe sobre mi corazón,
no había hecho ninguna cosa mala. 

No ha sido a causa de mi amor
por lo que sentí el miedo de mi hija,
sino porque aquel miedo estaba en mí
como la luz o el movimiento de la tierra. 

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BLUES PARA CRISTIANOS

Antes algunos hombres se sentaban a fumar
y a mirar la tierra despacio.
Antes muchos hombres se sentaban a fumar
y poco a poco comprendían la tierra.
Ahora no se puede fumar cuando viene la noche.
Ahora ya no queda tabaco ni esperanza. 

Ya han debido pasar el cielo y la tierra
y todas las casas están vacías.
Han debido de pasar el cielo y la tierra
porque todas las casas están vacías.
La madre ya no quiere volver a sus cazuelas.
Aquí toda la gente está muy triste.

Ahora vendrá Dios con su madero.
Dicen que viene Jesucristo con su madero.
Bien, que venga con su madero.

Cuando venga Jesucristo con su madero,
vamos a verle la chaqueta vieja.
Cuando venga Jesucristo a vivir con nosotros,
habrá que verle el corazón cansado. 

Aquí ya no hay otra majestad que el dolor.
Sí, buen amigo, ya no hay más en la tierra.


Blues castellano. Antonio Gamoneda. Esta Luz. Poesía reunida (1947-2004). Galaxia Gutenberg. Círculo de Lectores.